ALTAMIRA

Pocos han sabido captar tan bien la esencia de Cantabria como Hugh Hudson, director la película Altamira. Basada en el descubrimiento de la cueva homónima, en 1868 por Modesto Cubillas. Éste se lo comunicó a Marcelino Sanz de Sautuola, que visitó la cueva por primera vez, en 1875, siendo su hija María la que descubriría las pinturas que, a día de hoy, son mundialmente famosas.

A lo largo del film, y de forma paralela a los hallazgos prehistóricos, también vamos descubriendo los rincones que rodean la cavidad; cuya entrada de la película es una fidedigna reproducción de la cueva real, realizada en otra gruta similar.

Podemos comenzar la ruta en el epicentro de la historia, es decir, la Neocueva del Museo de Altamira ?, en cuyo interior se rodaron las escenas del descubrimiento de las pinturas. Seguimos el recorrido a escasos dos kilómetros de Altamira, en la villa medieval de Santillana del Mar ?, donde parece que el tiempo se ha detenido y los carruajes y los trajes de época no desentonan entre sus edificios, algunos como su Colegiata románica, de más de 900 años de antigüedad.

La lucha que durante toda la película se da entre la fe y la razón tiene otro escenario religioso destacado: La iglesia de Santa María de los Ángeles en San Vicente de la Barquera ?. Merece la pena la visita tanto del interior del templo, como del exterior; ya que se sitúa en un enclave privilegiado desde donde, en días despejados, se distingue el litoral de la costa desde lo alto y los Picos de Europa.

Siguiendo por la costa, Cóbreces ? es parada obligatoria. Si vamos en coche podremos dejarlo en el pequeño aparcamiento y encaminarnos hacia los impresionantes acantilados cuyas vistas finalizan en “El Bolao”. Una cascada de seis metros que podría considerarse, junto al de las pinturas polícromas, otro de los descubrimientos de “Altamira”. Finalizando la ruta, no hará falta viajar hasta Portugal sino dirigirnos al este. La magia del cine ha hecho que sea la Biblioteca Menéndez Pelayo de Santander ?, la que acoja el prestigioso “Congreso de Lisboa” con asistentes como los Quatrefages, padre e hijo, cuya obra “Souvenirs d’un naturaliste” (1854) tenía Sautuola en su biblioteca.

Para conocer cómo termina la historia, tendréis que ver la película…

Neocueva de Altamira

43°22’39.2” N
4°07’19.7” W

Santillana del Mar

43°23’32.5” N
4°06’23.2” W

Iglesia San Vicente

43°23’02.2” N
4°24’11.4” W

Acantilados Cóbreces

43°23’13.8” N
4°12’29” W

Biblioteca Menendez Pelayo

43°27’44.3” N
3°48’44.9” W